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Senegal, ubicado sobre el Océano Atlántico, con un clima tropical, tiene fuertes vientos, humedad contínua, una estación de lluvias y una seca y frecuentes inundaciones. La mejor forma de llegar es en avión o en barco.

Una vez allí, si se quiere conocer el país, el medio de transporte más común es el «seven seats,» una camioneta cuatro por cuatro con siete pasajeros no muy cómodamente sentados, donde es mejor negociar claramente el precio para no llevarse una sorpresa. Si domina el francés, le será más fácil comunicarse con los habitantes locales, aunque los comerciantes hablan el inglés necesario para concretar sus ventas.

Trate de no comer en lugares que no sean restaurantes bien establecidos o que dependan de buenos hoteles. Si no, es preferible consumir alimentos adquiridos en supermercados. La comida típica de Senegal es el arroz con pescado y se ofrece en todas partes. En cuanto a las bebidas, la más importante es el agua y en cantidad y que sea envasada!, ya que el calor reinante puede deshidratarlo si se descuida.

Una vez que hemos tenido todos estos cuidados, a disfrutar de Senegal!, de sus Parques Nacionales con sus extensas vegetaciones y sus animales típicos donde podremos experimentar la adrenalina de un safari…fotográfico, claro.

La Casa de los Esclavos -en Dakar-, conservada para dar testimonio del infame comercio; playas paradisíacas como la de The Petite-Cote y por el otro lado, un anticipo del Sahara en el Lompoul Desert. Al alcance de la mano, en el distrito de Le Plateau en el centro de Dakar y en el Sandaga Market…todo lo necesario para comprar productos típicos del lugar así como algunos souvenires, sin los cuales ningún paseo sería completo!

Vía: Ikuska
Imagen: El País

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