El tren de Santiago, una de las peores tragedias de España en los últimos tiempos, se llevó decenas de inocentes que tenían increíbles historias de vida, y una de las más conocidas por estas semanas es la de Begoña Romero, una joven muchacha que trabajaba junto a niños senegaleses y que quería hacer una escuela para los que tenían capacidades diferentes.
Esta muchacha, maestra y psicóloga, había viajado hace poco tiempo a este país africano, donde conoció a muchos pobladores locales, enamorándose del sitio. Luego de un año en esta nación, de hecho, estaba convencida de querer regresar y poner una escuela para pequeños discapacitados, lo que ella consideraba su sueño.
Ella solía decir que “la geografía y la falta de transporte hace que el acceso a la escuela en algunos pueblos sea muy complicado”, y por eso creía en la necesidad de instalar un espacio público de conocimiento a pesar de que el Estado en Senegal se encarga de asegurar la educación de los niños de forma gratuita.
Ahora, a pesar de que los designios de la vida han decidido que Begoña partiera antes de lo previsto, una enorme noticia nos llena de satisfacción a todos, considerando que efectivamente esta escuela comenzará a funcionar en breve, y no sólo eso, sino que además sus autoridades han decidido que se llame “Begoña Romero”.
Vía e imagen: Cadena Ser