La religión es una de las aristas más importantes de la cultura senegalés. Pues a pesar de tener costumbres cotidianas distintas a otros sitios del mundo, si en algo Senegal es parecida, es en la fuerte creencia e importancia religiosa.
“Mi llamada al Episcopado llega en el contexto de la crisis de Casamance que perdura y no parece encontrarse una solución. Esto puede llevar a muchos a un cierto cansancio y al desaliento. Este lema pretende infundir nuevo aliento y una vez más recordar a todos los hombres de buena voluntad que todo es posible para quien cree en Dios”.
Con estas palabras, el nuevo Obispo de Ziguinchor (Senegal), Mons. Paul Abel Mamba, ha explicado el significado de su lema episcopal “Nada es imposible para Dios” (Lc.1, 37), durante el solemne rito de su ordenación episcopal, que tuvo lugar el sábado 21 de abril.
La guerra por la secesión de Casamance (de la cual Ziguinchor es la capital), estalló en 1982 y ha provocado cientos de muertos y obligado a huir a miles de personas de sus hogares. En la región, una de las más fértiles de Senegal, viven varias etnias y religiones diferentes: musulmanes, cristianos y animistas. Antes de la guerra era el centro turístico más importante de Senegal.
Según la información enviada a la Agencia Fides desde la Curia de Bissau, la Misa de ordenación de Mons. Abel Mamba fue presidida por el Cardenal Théodore Adrien Sarr, Arzobispo de Dakar, que como co-consagrantes tenía junto a él a Mons. Jean-Noël Diouf , Obispo de Tambacounda, y a Su Exc. Mons. Jean-Pierre Bassène, Obispo de Kolda. Mons. Paul Abel Mamba, que había sido nombrado Administrador Apostólico de Ziguinchor después de la muerte de su predecesor, el Obispo Maixent Coly que murió el 24 de agosto de 2010, y Obispo de la Diócesis el 25 de enero de 2012 se ha convertido en el cuarto Obispo de Ziguinchor.
Imagen: Balandine