A más de 80 kilómetros de la capital senegalesa, la energía solar y un programa de irrigación transforman una aldea tradicional en lo que el gobierno espera sea un modelo para el futuro de las zonas rurales.
El proyecto, que se desarrolla en Mbackombel, un asentamiento de más de 1.000 habitantes, ha fortalecido las actividades agropecuarias con sólidas estrategias de manejo del agua, además de hacer que la aldea se vuelva autosuficiente en materia energética.
La aldea, cuyo nombre significa «baobab de fruto delicioso» en el idioma local sérère, goza de una mayor seguridad alimentaria y también de mayores ingresos, una mejor protección ambiental y abundancia de oportunidades para los jóvenes.
Según Demba Mamadou Ba, director de la Agencia Nacional de Ecoaldeas de Senegal, el concepto que se pone en práctica aquí aportará los beneficios de la vida moderna incluso a la aldea más pequeña.
Cada ecoaldea representa una inversión de un millón de dólares. Los paneles fotovoltaicos de Mbackombel se utilizan para mucho más que iluminar sus 35 complejos. También dan electricidad a un laboratorio informático y una biblioteca en la escuela de la aldea, que incluye desde educación preescolar hasta el fin de la primaria.
Todo esto es parte de la campaña por reducir la brecha digital y conectar a Mbackombel con el resto del mundo a través de Internet.
Los paneles solares también generan la energía que hace funcionar un molino y la bomba que extrae agua de un pozo y que se utiliza para dar de beber al ganado y para irrigar los huertos. Los habitantes de la aldea cultivan mijo, sorgo, maní y otros productos.
Vía: IPS Noticias
Imagen: Ips Noticias