Según las últimas declaraciones del presidente de Senegal, Macky Sall, continuarán en el país las penalizaciones sobre todas las demostraciones homosexuales, en medio del intenso debate público que se viene desarrollando en este territorio durante los últimos días, con acusaciones cruzadas entre uno y otro bando.
“Sall ha querido reaccionar al debate público sobre la despenalización de la homosexualidad en Senegal y, a ese respecto, ha subrayado con firmeza que el Estado nunca se ha planteado esta opción, y que la excluye totalmente”, indica en este sentido el comunicado del Gobierno, que no deja mucho lugar a dudas.
Una de las claves para entender, además, cuánto le costará a los homosexuales hacer valer sus derechos en un territorio como el de Senegal, es que la mayor parte de la población local profesa el Islam o el cristianismo, que entre sus principios básicos tiene al matrimonio sólo entre el hombre y la mujer.
De hecho, en las últimas semanas se produjeron varias amenazas de parte de organizaciones islámicas que ya piensan en pedir explicaciones al Gobierno o el Parlamento si ponen en discusión una ley para avalar las demostraciones homosexuales a nivel local, lo que parece claramente descartado por el momento.