La aldea Kalom de Senegal, aporta al resto del mundo ejemplo de sostenibilidad y reciclado de productos en favor de la energía. Pues esta aldea, que hasta hace poco tiempo no contaba con electricidad, ahora la posee gracias a una central de biogás que pemrite la producción de energía local y sostenible con biocombustibles, es decir, con residuos.
En este sentido, lo que en otros sitios del mundo se sostiene con grandes maquinarias y recursos como el agua, en Senegal se sostiene con cáscaras de maní y tallos secos de mijo, residuos agrícolas que se encargan de alimentar los biodigestores en la región de Fatick.
De esta forma, muchos de los residuos que anteriormente eran desechados, ahora se han convertido en una fuente de ingresos, puesto que la recolección de los mismos ha generado una fuente de trabajo al pagar 23 centavos de dólares por cada kilo de desecho, aunque claro, dependiendo de la calidad de los mismos.
Vía: Energías Renovables
Imagen: Energías Renovables